-3 huevos
-6 cucharadas de aceite (calentar y enfriar)
-2 cucharaditas de licor (anís)
-8 cucharadas de azúcar
-Levadura (medio sobre)
-Ralladura de naranja
-500 gr de harina
Para empezar esta receta tan tradicional, echaremos aceite de girasol en una sartén, para posteriormente calentarlo. Cuando el aceite entre en ebullición, apagamos el fuego y echamos 6 cucharadas de aceite en una tazita para dejarlo enfriar y así, añadirlo a la masa de las rosquillas que estamos a punto de empezar a hacer. (Este procedimiento se realiza para quitar el sabor fuerte al aceite y que al echarlo a la masa no sepa excesivamente)
Romperemos los huevos y separamos las yemas y las claras. Batimos las yemas y le añadimos el azúcar, por otra parte batimos la clara y le añadimos la yema y el azúcar ya batidas.
A continuación, añadimos a nuestra mezcla dos cucharadas de licor, la mitad del sobre de levadura, el aceite ya frío y la ralladura de naranja. Batimos todo bien y posteriormente añadimos poco a poco y sin dejar de batir la harina. Cuando la masa quede homogénea no cremosa y no esté pegajosa quiere decir que ya la tenemos preparada para empezarla a freír.
Llegado este momento, calentamos de nuevo el aceite que habíamos utilizado al inicio de la receta y echamos un poco de piel de naranja para eliminar el poco sabor de aceite que quede. Con la masa de las rosquillas empezamos a hacer aros (ni demasiado estrechos ni demasiado anchos) y a continuación los echamos a la sarten, dejamos que se doren y los sacamos. Posteriormente, escurrimos el aceite con un papel de cocina y las introducimos en un plato con azúcar y harina, rebozamos un poco y echamos en el bol final del procedimiento.
Repetiremos esta operación hasta finalizar la masa...dejamos enfriar a las rosquillas y luego...a disfrutar de ellas!!!
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