- 1 vaso (200 ml)* de aceite de oliva.
- 1 vaso (200 ml) de vino blanco.
- 2 huevos
- Harina (la que necesite)
- 1 sobre de levadura.
- 1 vaso pequeño de anís
- Azúcar para rebozar los borrachos
Esta receta es tan fácil como dulce y sorprendente, solo con oír el nombre me tele-transporta a mi niñez. Bueno, empezamos...
Lo primero que hay que hacer es batir los dos huevos en un bol, y a continuación añadimos el sobre de levadura, el vino blanco, el aceite de oliva, el vaso pequeño de anís y por último la harina. Amasamos todo bien hasta que quede una masa homogénea, sin ser pegajosa y que se maneje con facilidad.
Cuando tengamos la masa preparada, la dividimos en cuatro bolitas, y con un rodillo la extendemos hasta que quede una masa finita. A continuación, con un cuchillo, vamos formando rectángulos del tamaño que deseemos y añadimos un corte a la mitad de nuestro rectángulo.
Cuando tengamos todos los rectángulos preparados, calentamos abundante aceite en una sartén, y en el momento en el que el aceite esté bien caliente, añadimos poco a poco nuestros borrachos. Estos tienen que dorarse ligeramente, sin llegar a tostarse. A medida que se vayan haciendo los pasamos a un plato con papel absorbente (para que absorba el aceite), y posteriormente los rebozamos en el azúcar.
Cuando tengamos todos los borrachos preparados...solo faltará dejarlo enfriar y disfrutarlos!!

Nota: 200 ml equivale a 1 vaso normal de agua.
No hay comentarios:
Publicar un comentario